¿Ponerse en el lugar de la víctima para evitar que se repita la violencia doméstica? Ésta es la filosofía de un plan piloto del Ministerio de Justicia en Francia
Una
treintena de hombres ya condenados utilizarán la realidad virtual para sumergirse en la
historia de una familia.
El dispositivo, ya probado en España, prevé una "inmersión total" gracias a un casco de
realidad virtual en la historia de una familia, dividida en siete secuencias, a lo largo de
varios años. El espectador se alterna en la piel del hombre, de la mujer y luego de su hijo,
en diversas escenas de la vida cotidiana.
"Una especie de máquina de empatía",
El escenario fue desarrollado en conjunto con expertos especializados en violencia doméstica para abordar diferentes temáticas: influencia, violencia psicológica, violencia física, etc. "Es una especie de máquina de empatía", que permite hacer realidad las emociones sentidas por las víctimas y, en particular, "hacer comprender el miedo" a los hombres que a menudo lo niegan, explica Guillaume Clere, fundador de la startup. El experimento comenzará a principios de octubre y durará un año en Lyon, Meaux (con personas condenadas y seguidas en un ambiente abierto) y Villepinte (con detenidos).
"Una forma de abrir el diálogo" "Es una herramienta, un medio para abrir un diálogo", que se utilizará en el marco del trabajo realizado con los servicios de integración penitenciaria que siguen a estas personas, precisa la Cancillería. Los elegidos, seis en Villepinte, diez en Lyon y doce en Meaux, son voluntarios. "Hemos favorecido a los perfiles que tienen más posibilidades de reincidir", afirma la Cancillería.
El proyecto será evaluado de forma independiente, ante su posible
sostenibilidad. También podría utilizarse como herramienta para capacitar a magistrados y
policías en particular para comprender mejor la violencia doméstica.
El Ministro de Justicia, Eric Dupond-Moretti, presentará este proyecto por la mañana ante
el Tribunal de Apelación de Poitiers, donde se desplaza con motivo del primer aniversario
del despliegue de los brazaletes anti-reconciliación en Francia.